El país de Panamá se enfrenta a una creciente y compleja amenaza de seguridad, originada por la interacción de pandillas y la inseguridad criminal, el narcotráfico, el lavado de dinero, el contrabando de mercancías y los flujos migratorios.
Estos problemas son alimentados en parte por los daños causados por la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, así como por las políticas de los nuevos líderes izquierdistas en países vecinos y las dictaduras populistas profundamente criminalizadas en Venezuela y Nicaragua.
La interacción de estas amenazas de seguridad en Panamá afecta no solo al país, sino también al resto de la región, debido al papel clave de Panamá como centro logístico, financiero y estratégico en el hemisferio occidental. Las autoridades panameñas han interceptado una cantidad récord de drogas, incluyendo cocaína, lo que destaca la importancia de Panamá en las rutas del narcotráfico.
Además, el desmantelamiento de un "supercártel" en la Zona Libre de Colón ilustra cómo Panamá se ha convertido en un nexo para la delincuencia internacional, incluido el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. El gobierno de Panamá trabaja en colaboración con Estados Unidos y otros países para hacer frente a estos desafíos de seguridad multidimensionales.
La violencia de las pandillas en Panamá se ha convertido en un problema creciente y multidimensional, agravado por el tráfico de drogas, el lavado de dinero y el contrabando de mercancías, así como por los flujos migratorios sin precedentes. Bagdad y Calor Calor son dos de las federaciones de pandillas más poderosas en Panamá, que se relacionan cada vez más con el tráfico de drogas y ejercen su presencia a través de la extorsión y otros delitos. En 2022 se registraron más de 500 homicidios en el país, lo que ha aumentado la sensación de inseguridad en la población panameña. Además, la migración irregular desde países caribeños, sudamericanos y extrarregionales es un problema creciente. Los migrantes, que incluyen un número creciente de personas procedentes de China, atraviesan la peligrosa región selvática del Darién, principalmente a pie.
A pesar de contar con una pequeña comunidad venezolana en Panamá, los flujos migratorios recientes han sido de paso rápido y en grandes cantidades, lo que ha minimizado su impacto en la población y ha dificultado la expansión de grupos criminales y de tráfico de personas. La presencia de migrantes se concentra cerca de la frontera con Costa Rica y las autoridades han establecido puestos de control para evitar que regresen a la Ciudad de Panamá.
Por otro lado, la actividad ilícita relacionada con la posición de Panamá como centro logístico y bancario sigue siendo un tema de preocupación, ya que el país permanece en la "lista gris" del Grupo de Acción Financiera Internacional. Además, la Autoridad Marítima canceló el registro de 32 buques pesqueros chinos que violaban las leyes internacionales de pesca. Aunque la seguridad no es el tema más relevante en la política panameña, existe una creciente frustración en el país debido a la combinación de dificultades económicas, delincuencia y violencia, corrupción pública y la percepción de que las cosas han empeorado bajo el gobierno actual. Esto quedó de manifiesto en las protestas de julio de 2022, que no lograron derrocar al gobierno de Cortizo.
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