Durante la semana pasada en Panamá, la clase trabajadora exigió mejores condiciones laborales y un nivel de vida digno, mientras que la migración irregular continuó aumentando a un nivel sin precedentes.
En el Día Internacional del Trabajo, cientos de sindicatos salieron a las calles para pedir justicia social y criticar al gobierno por ignorar sus demandas ante el alto costo de la canasta básica familiar. Líderes populares, como la economista Maribel Gordón, propusieron el respeto a los derechos humanos y la armonía con la naturaleza como la base para una economía justa.
Los sindicatos también rechazaron las políticas privatizadoras del gobierno para rescatar la Caja de Seguro Social y exigieron la restauración del sistema solidario para jubilados y pensionados. Además, la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente pidió una reforma salarial para hacer frente a los altos precios de los alimentos y medicamentos.
En Panamá, el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares rechaza el contrato minero que el Gobierno ha suscrito con empresas nacionales y extranjeras para explotar recursos naturales como el cobre, que pertenecen al pueblo. Por otra parte, las autoridades panameñas informan que en el primer cuatrimestre de 2023, 127,687 migrantes irregulares pasaron por la selva del Darién en busca de llegar a Estados Unidos, la mayoría de ellos provenientes de Venezuela, Haití, Ecuador, Colombia e India.
La cifra es seis veces superior a la del mismo periodo del año anterior, lo que ha llevado a las autoridades a convocar medidas para frenar el flujo. Además, en la semana que termina, los panameños han comenzado la cuenta regresiva de un año para las elecciones generales de 2024, pero hay demasiados candidatos presidenciales y falta un proyecto concreto para el país, así como una oposición débil y sin una alianza sólida, según los analistas.
Comments